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La maternidad no es un proceso en el que todo es color de rosa. Conforme nuestros hijos van creciendo, podemos comenzar a perder la paciencia con ellos y pueden nacer conductas agresivas.

Las situaciones críticas de los hijos que pueden hacerlos entrar en conflicto. Se generan por una confusión constante que hace más amplio el espectro de la frustración, la confusión y, a su vez esto puede provocar actitudes violentas ante los debates personales constantes a los que se someten.

Así que tenemos tips interesantes para enseñar a los peques a resolver problemas de manera independiente y sin violencia.

¿Por qué los niños son conflictivos?

Debemos ponernos en contexto y saber de entrada que un pequeño conflicto se puede construir a base de las dificultades en cuanto a la convivencia con los demás antes que consigo mismo. Una diferencia de intereses puede ser el escenario perfecto para una rispidez por hábitos, costumbres, mentalidad, prejuicios que propician la pérdida de valores. Es por ello que los padres deben involucrarse de manera intermitente y con cierta frecuencia para aprender por medio de la repetición de acciones/actitudes (por ejemplo *imitación); los modelos pueden jugar un rol interesante para moldear estas conductas.


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Es por ello que te compartimos unos consejos prácticos para generar esa confianza y sembrar un autoestima firme que permita también compartir con los demás a través de sus acciones su aportación para mantener un ambiente sano y pacífico:

Conocer sus amistades: debemos enseñar a diferenciar la proximidad en diferentes escenarios para que pueda discernir o aproximar la reacción del otro y así evitar a personas conflictivas.

Poner atención a los detalles de su día a día: Muchas veces por el ajetreo del día, el trabajo o simplemente el cansancio de la rutina constante no ponemos atención a todo el mar de palabras que emana de sus boquitas y que muy probablemente hayamos omitido alguna situación difícil. Se sentirá escuchado, atendido, en confianza y esto por consecuencia ofrecerá un panorama más suave para aterrizar ciertas dificultades.

Adéntrate en sus emociones: debemos desarrollar la capacidad suficiente para hacer entender a nuestros pequeños que hay muchas formas de expresar lo que se siente; bueno, malo, alegre, triste. Cualquier estado de ánimo debe tener una forma particular de canalizar las emociones y nosotras somos la mejor guía.

Conviértete en su modelo: Nosotras mejor que nadie debemos saber manejar todo lo anterior, buscar los medios y herramientas para ejemplificar una y otra vez que la violencia no es un recurso que deba ser necesario evitarlo a toda costa. Somos seres humanos y también es importante enseñar que podemos cometer errores.

Estamos en un escenario en donde la violencia ha sido normalizada de manera impresionante por malas costumbres y la aportación y muchos otros factores a los que la sociedad se ha sometido y es por ello que es gran responsabilidad construir caminos más saludables para la mente y el corazón.