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¿Eres de las mamás que aún no saben si rapar o no a su bebé? Aquí te platico sobre este mito que asegura que tu bebé tenga una cabellera más fuerte y saludable.

Yo fui una bebé rapada y la verdad es que mi cabello dista mucho de ser la envidia de Rapunzel. Pero como crecí con esa idea, cuando me convertí en mamá consideré cortarle el pelito a mi pequeño bebé.

Lo platiqué con el pediatra y me dijo que el color, grosor y tipo de pelo es algo que simplemente se hereda, es decir, viene en la información genética.

El pelito, que parece pelusa, irá cambiando y se transformará mientras la o el pequeño van creciendo. Incluso puede cambiar de color o si era rizado, alaciarse.

Muchas mamás me dicen, “Rápalo, si funciona bien y si no, no le pasa nada”. Y esto, hasta cierto punto es cierto.

Debemos tomar en cuenta que a veces la piel de los bebés puede ser muy sensible y exponerla al filo de un rastrillo, navaja o lo que se use, puede causarles irritación y hacerlos pasar un mal momento.

Si ya decidiste hacerlo, prepárate para ver a tu bebé muy diferente. Hay mamás que cuando ven a su peque pelón, se arrepienten porque creen que se veía mejor con el poco o mucho cabello que ya tenía y además, ahora a esperar a que crezca.

Trata de buscar un buen momento para hacerlo, cuando tu hijo esté tranquilo y de buen humor.

Pide ayuda, pues seguramente el bebé se estará moviendo y nadie quiere una cortada en la cabeza.

Recuerda que lo que realmente determinará si el cabello de tu hijo es saludable o no es su alimentación, cuidados y, como dije arriba, genética. Cuando ya sea más grande, dale una dieta variada y balanceada, ya que es ahí donde está la fuente de belleza y salud que tanto buscamos las mamás para nuestros hijos.

Después de leer esto, ¿cambiaste de opinión o no? Cuéntame.