El embarazo es una época mágica y llena de felicidad, pero también está inundada de miedos. Te platicamos sobre los más comunes.
Desde que nos planteamos quedar embarazadas nuestra vida comienza a cambiar. Cambiamos nuestros hábitos alimenticios, el ejercicio que hacemos y cómo nos desenvolvemos por la vida. Y, cuando ya estamos embarazadas, todos esos cambios comienzan a dar frutos, pero también es cuando se presentan los miedos más grandes.
Es normal tener miedo, pero a pesar de que todas las mujeres y embarazos son completamente diferentes, hay miedos que las mujeres que estamos pasando por ese momento compartimos, entre los que están:
- Los famosos tres meses. Seguro alguna vez has escuchado sobre no anunciar el embarazo antes de las 12 semanas, debido a que las posibilidades de aborto o alguna perdida son más grandes. Es importante saber que estudios hacernos en esta etapa para poder estar tranquilas.
- No ser buena mamá. Podríamos decir que, el 100% de las mujeres se cuestionan qué tan buenas madres iban a ser mientras estaban embarazadas. La realidad es que la maternidad no viene con manual de instrucciones para nadie.
- El parto. Sin importar si es un parto natural o una cesárea siempre existe miedo a las complicaciones, el dolor, la recuperación y más.
- Depresión. La depresión durante el embarazo y después de él es más común de lo que imaginamos. De ahí que el miedo a sufrirla también sea algo muy real.
¿Cómo dejar atrás los miedos?
Si bien los miedos durante el embarazo son algo bastante común, es importante controlarlos para que no invadan la felicidad que estamos sintiendo. Algunas de las cosas que puedes hacer son:
- Mantente al día con tu doctor. No tiene nada de malo preguntarle al doctor todas las dudas que tengas. Eso te hará sentir más tranquila.
- Concéntrate en el ahora. Con un embarazo, estamos muy pendientes de “lo que va a pasar” concentrarte en lo que estás viviendo ahora y disfruta cada momento.
- Sigue las indicaciones de tu médico. Esto es fundamental para llevar un embarazo sano.
- Sigue con tu vida cotidiana. Si no es embarazo de alto riesgo, puedes seguir con tu vida como normalmente lo haces, pero con un poco de más precaución.
Sigue todas las indicaciones que la OMS y tu médico señalan para que puedas estar tranquila en esta etapa.