No sabía lo mucho que la maternidad cambiaba la manera en que nos relacionamos, (ya supe lo que era ver desaparecer a algunos amigos), pero con la pandemia y la nueva normalidad todo se complicó aún más. 

Me embaracé y fui mamá durante la pandemia. Y aunque he vivido cosas maravillosas, no imagino cómo logramos salir triunfantes día a día. Nuestra agenda es imparable y las tareas o actividades jamás cesan. 

Durante el primer año de vida de mi bebé, estuve lejos de mi familia por lo que no contaba con una red de apoyo sólida. Mi pareja estaba la mayor parte del tiempo fuera de casa debido al trabajo, y aunque no sabía muchas cosas, me las ingenié para asumir todo (así somos todas las mujeres, ¿a poco no?).

Cuando acepté una nueva oferta de empleo, nos mudamos cerca de mi familia para tener, ahora sí, una red de apoyo, sin embargo después de unos meses comencé a sentirme cansada, aburrida por la monotonía, agotada, frustrada porque sentía que siempre debía hacer más (como si no fuera suficiente). Resultado general: irritabilidad constante

Y es que de acuerdo con investigaciones de ONU Mujeres, debido a la pandemia, las normas de género existentes han hecho que la demanda creciente de trabajo doméstico y cuidado infantil sin remuneración recaiga en las mujeres. 

Antes de la pandemia, las mujeres realizaban el triple de trabajo doméstico y asistencial sin remuneración que los hombres. ¿Imaginan cuánto más comenzamos a hacer desde marzo de 2020 a la fecha?

Lo lamentable de esto es que en lugar de promover, motivar e impulsar que los hombres sean responsables asumiendo el 50% de su rol como pareja/papá, nosotras mismas nos exigimos aún más.

La maternidad en la nueva normalidad

Aún me considero nueva en mi rol de mamá, y respeto mucho a las mujeres que tienen dos o tres hijos, porque sé que sus tareas diarias son aún más intensas. Sin embargo, la meta no es hacer más, sino vivir más. 

Ahora que estoy de este lado, puedo comprender por completo que la maternidad es retadora todo el tiempo. Tu paciencia está a prueba siempre y aprendes a conocerte aún más a ti por medio de tu hijo. 

Si me lo preguntan, esto es lo que necesitamos hacer con la maternidad en la nueva normalidad. 

  1. Seamos una red de apoyo. Comencemos a ser nuevas y más amigas entre mamás. Todas necesitamos un oído escucha para cuando las cosas no salen bien o cuando no sabemos cómo enfrentar una nueva etapa con nuestros hijos. 
  2. Salgamos de casa solas, dejemos a los niños de vez en cuando con su padre (que puede y debe cuidarlos), con la abuela, con la tía. Necesitamos tiempo para volver a escuchar nuestros pensamientos. 
  3. Deja de hacer todo. Quizá sea momento de tener una charla incómoda con tu pareja, pero es importante que la carga de trabajo que conlleva cuidar a una familia sea compartida. 
  4. Ponte a ver una película, retoma la lectura de ese libro que dejaste a medias. Date un respiro y de vez en cuando deja los trastes o la ropa sucia para otro día. 
  5. Deja de pensar que no haces mucho, en realidad haces demasiado porque haces justo lo que tu familia necesita.