Sabemos que muchas veces el ajetreo diario, el estrés, las tareas que absorben toda tu energía y la angustia por ser la mejor mamá, te llevan al límite y esto hace que pongas el grito en el cielo cuando tus hijos hacen alguna travesura o te desobedecen. Por eso, hoy te diremos cómo educar a los niños sin gritos.
Empecemos aclarando que a todas no ha pasado que durante una conversación o después de varias veces que pedimos algo sin obtener los resultados que buscamos, perdemos la paciencia y subimos el tono de voz, con la falsa creencia de que esto denota autoridad y que así conseguiremos tener la atención deseada.
La resiliencia en niños: cómo esto puede ayudarlo a lo largo de la vida
Lo cierto es que gritarle a los niños definitivamente no es una buena idea, los expertos en psicología explican que esto altera el sistema nervioso de tus hijos, lo que inevitablemente dejará una huella en la vida de tus peques. Además, con esto le enseñas a tus hijos que los gritos son un recurso eficaz a la hora de comunicarse y, por otro lado, los gritos pierden validez cuando los utilizas como “método de enseñanza o para corregir una acción”.
Tips para educar a los niños sin gritos
Pero, ¿cómo hacerle para educar a los niños sin gritos? A continuación te damos algunos tips para que no pierdas el control y puedas lograr los resultados que quieres, sin necesidad de levantar la voz.
Primero y muy importante, debes ser más empática con tus hijos, esto te ayudará a comprender cómo se sienten ellos, pues evidentemente tus peques no ven la vida como tú, ni cuentan con la madurez que tú tienes para comprender las cosas como tú lo haces.
Segundo, date la oportunidad de conocer tus emociones y sus límites, algo clave para saber cuándo estás perdiendo el control. Esto es muy importante, ya que hay ocasiones en las que estamos enojadas, tristes o agobiadas por algo completamente ajeno a nuestros hijos, y sólo necesitas distinguir esto para que no sean ellos quienes paguen los platos rotos.
Tips para educar sin machismo y en igualdad
Escucha a tus hijos, a veces ellos no hacen lo que les pedimos por una razón en especial y es muy válido que quieran algo distinto y que se sientan con la confianza de expresar sus necesidades. Esto también te ayudará a llegar a acuerdos y a conseguir resultados con los que tú y tus peques estén cómodos.
Siempre que vayas a llamarles la atención por algo que quieres corregir o a pedirles que hagan algo, es importante que inicies con un diálogo, que comprendas su sentir y que utilices un tono de voz bajo. Aquí es muy importante que siempre seas respetuosa.
Educa con tu ejemplo, recuerda esto siempre. No puedes pedirle a tus hijos que no digan mentiras, cuando tu acostumbras a mentir, pues tú siempre serás su guía y su parámetro para saber cómo comportarse.
¿Qué es una crianza respetuosa?
Y, si en algún momento pierdes el control y subes el tono de voz, no te sientas culpable, acércate con tus hijos, ofrece una disculpa y explícales qué es lo que te molestó y qué esperas de ellos. Recuerda que mientras exista amor y respeto, la relación siempre puede mejorar.
Finalmente, no olvides reconocer a tu peque cuando haga algo que deseabas o cuando tenga algún logro, esto es tan válido e importante como disciplinarlo.