Por qué no gritarle a tus hijos

Perder el control es muy fácil porque en nuestro cerebro, la mayoría tiene el chip de que la forma en que debemos comunicarnos con nuestros hijos, es a través de los gritos porque así fuimos educados casi todos, pero después de leer esto no querrás volver a gritarle jamás ya que te vamos a explicar cómo dañas el cerebro de tu hijo cuando le gritas.

Anteriormente, el doctor Amir Zuhdi, especialista en neurociencia de Indonesia dio a conocer que además de que los niños se asustan, esto genera altas cantidades de cortisol, la cual romperá la conexión de las neuronas en el cerebro, generando que estas mueran y causen trastornos neuronales

4 daños al cerebro de tu hijo cuando le gritas

1. Desarrollarán falta de confianza

Serán personas con poca iniciativa ya que les faltará confianza para hacer algo por miedo a ser regañados.

2. Se les dificultará tomar decisiones

Los niños que son criados a base de gritos, siempre dudan a la hora de tomar decisiones ya que tienen miedo de que usted le grite si la decisión o acción que tu piensas es incorrecta.

3. Podría no recibir la información correctamente

El miedo que genera un grito de manera constante ocasiona que  la unión neuronal en el cerebro de tu hijo se rompa. La ruptura de estas conexiones afecta la fluidez de recibir y almacenar la información que reciben.

4. Dificultades para planificar

Tu hijo podría dudar siempre a la hora de planificar ya que se sentirán reprimidos por los padres y siempre buscarán tu autorización antes de ejecutar cualquier plan. 

Además de estos cuatro cambios, un estudio de la Université de Montréal y el Centro de Investigación CHU Sainte Justine en asociación con la Universidad de Stanford ha demostrado que además de los daños emocionales, el cerebro de los adolescentes que habían estado sujetos repetidamente a prácticas de crianza severas en la infancia, era más pequeño que aquellos que no.

Ahora bien, sabemos perfecto que pensar en las implicaciones es muy difícil de pensar cuando llevas horas pidiéndole que levante sus juguetes o cuando sigue molestando a su hermana menor pero antes de perder el control y volver a gritar, debes pensar que criar a tus hijos a través de gritos los lastima más y evita que te respeten, generando que te tengan miedo.

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