Amo a mis hijos

La maternidad es una cosa divertida. Esto algo que se supone que debes querer, que se supone que debes sentirte natural. Y para muchas mujeres, eso es exactamente lo que es, pero yo amo a mis hijos, pero no me gusta ser mamá.

Algunas mujeres aman ser madres, aman a sus hijos. Pero para mí, es diferente. De verdad los amo mucho, pero no me gusta ser mamá.

¿Por qué no me gusta ser mamá?

No es que no me guste cuidar de mis hijos o estar ahí para ellos. Hago. Simplemente no me gusta el papel de la maternidad. Lo encuentro sofocante, constrictivo. Siento que no soy yo misma cuando soy mamá. No soy la persona que quiero ser.

Sé que suena mal. Sé que parece que no estoy agradecida por mis hijos o que no los amo. Pero eso no es todo. Los amo. Simplemente no me gusta ser mamá.

No es que no quiera ser una buena madre. Simplemente no quiero ser definida por la maternidad. Quiero ser mi propia persona, con mis propios intereses y pasatiempos. Quiero poder salir y hacer cosas sin tener que preocuparme por mis hijos. Quiero poder viajar y ver el mundo. Quiero poder trabajar y tener una carrera. Quiero poder tener una vida fuera de la maternidad.

Pero no puedo. Porque soy mamá. Y ser mamá significa sacrificar todas esas cosas. Significa poner a sus hijos primero. Significa renunciar a sus propios deseos y necesidades por el bien de sus hijos.

Cuando les digo a mis amigas que lo piensen bien antes de convertirse en mamás no es por ser amargada o por que odie a los niños, especialmente a los míos. Simplemente es para que sepan todo lo que ello implica.

Así que sí, ser mamá es una experiencia que cambia la vida y si, amo a mis hijos más que a otra cosa, pero también es cierto que hay días en los que no me gusta ser mamá, y eso no tiene nada de malo.

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