mamá de una niña

No es ningún secreto que estos son tiempos inciertos para las mujeres. Con el futuro de los derechos reproductivos bajo ataque y una brecha salarial de género cada vez mayor, es difícil sentir que nuestras hijas tienen un futuro brillante por delante. 

Sin embargo, a pesar de todo esto, sigo siendo optimista. Creo que nuestras hijas son fuertes y capaces de capear cualquier tormenta que se les presente.

Creo que una de las cosas que hace que ser madre de una niña sea tan especial es que podemos ver a nuestras hijas crecer y convertirse en mujeres fuertes y seguras de sí mismas. Los vemos enfrentar desafíos y superarlos. Podemos verlas defenderse a sí mismas y a los demás. Y podemos estar allí para ellas, animándolas en cada paso del camino.

Lo que le digo a mi hija es que puede ser lo que quiera ser, independientemente de lo que diga el mundo. Le digo que es fuerte e inteligente y que tiene un futuro brillante por delante. Le digo que creo en ella y que siempre estaré ahí para ella.

Creo que ser madre de una niña en tiempos de incertidumbre se trata de infundir confianza en nuestras hijas y ayudarlas a ver la belleza en sí mismas, incluso cuando el mundo intenta decirles lo contrario.

También, y aunque sea lo más difícil, ser mamá de una niña en esta época representa enseñarles a tener precaución de más, a cuidarse en cada paso que dan y a no confiar, sin que esto las haga estar encerradas en una casa.

Ser mamá de una niña en una época de incertidumbre es enseñar a tus hijas a alzar la voz en cada paso que dan y no dejar que nadie las haga menos por su género, ideología o preferencia.