ESCUELA

La crianza, alrededor del mundo, está atravesando por momentos de transformación. Los nuevos métodos se enfrentan a los viejos y surgen nuevas tendencias donde los padres actuales tratan de acoplarse. Pero sin duda, uno de los temas que sigue siendo un misterio a tratar, es el tema educativo. Aquí te contamos, ¿por qué no exigirle a tu hijo que saque 10 en todo?

Crianza respetuosa

Actualmente se opta por una crianza respetuosa donde se evita a toda costa llegar a los gritos o incluso a las nalgadas. Por eso, también es importante que seas flexible en las calificaciones de tus hijos. Estarle exigiendo a tu hijo, que saque 10 en todo, no es la mejor opción si quieres que viva lo menos estresado posible. 

Cabe mencionar que no se trata de dejarlo sin dirección o qué no hay que poner atención en las clases, en realidad, de lo que se trata no es que el niño cambie algo sino que tú como mamá o papá busques vías de comunicación efectivas para evitar que tu hijo termine con crisis nerviosas y mordiéndose las uñas porque no sacó 9 o 10.

No le exijas un 10 de calificación

Para que quede más claro, es importante no exigirle que saque 10 en sus calificaciones porque esto puede ocasionar que al igual que tú, desarrolle una personalidad exigente y perfeccionista, explica Isabel Menéndez Benavente, psicóloga especializada en niños y adolescentes. Y es que esto puede generar un tema de insuficiencia en varios aspectos de su vida, cuestión que puede llevarlo a la infelicidad. 

Por otro lado, aunque de pequeños, tus hijos pueden resultar muy obedientes y ordenados al hacer todo lo que les exiges, los expertos afirman que también pueden ser niños con poco criterio y poco autónomos, y eso puede dar problemas cuando sean adolescentes y adultos; ya que les resultará difícil tomar decisiones y esperarán que alguien les diga lo que han de hacer y siempre estarán buscando la aprobación de los demás, nunca la de ellos mismos.

Y es que llevarlos a no creer en ellos mismos, es igual a tener inseguridad, lo que resulta en personas que tratan de demostrar constantemente lo que valen, lo que las predispone a la ansiedad, al miedo y a las fobias. De hecho es probable que se vuelvan perfeccionistas, donde la inseguridad les hace esclavos del detalle y viven frustrados porque no siempre logran lo perfecto, y a otros la inseguridad les bloquea y les convierte en personas muy pasivas.

En tal caso, para evitar que tu hijo desarrolle esto, el pedagogo de la universidad de Barcelona, Ángel Casajús, explica que si la exigencia es acorde con las capacidades e intereses del niño y desde casa hay una conciencia razonable y equilibrada, y se le anima en la tarea, el rendimiento llegará a ser óptimo, pero será contraproducente si esto no se logra. 

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