Las comparaciones no son buenas y menos si las haces entre tus hijos. Esta acción provocará actitudes negativas entre tus peques y causará problemas a corto y largo plazo. A continuación te compartimos algunas razones por las que no debes comparar a tus hijos.
¿Por qué no debes comparar a tus hijos?
- Cada niño es diferente
¿Alguna vez te han dicho que los hijos son como los dedos de una mano? Si no, haz el ejercicio. Como verás, ninguno es igual y así son los hijos. A pesar de vivir en la misma casa y recibir la misma educación, cada uno tiene sus propias habilidades, virtudes y carácter.
- Ocasionas pleitos, celos y baja autoestima
Frases como: “Deberías comportarte como tu hermano”, “aprende a él”, “por qué no sacas buenas calificaciones”, entre otras, provocará que el niño o niña al que estás comparando tenga celos y una autoestima baja.
Tus hijos sabrán que hay uno mejor que otro y su hermandad se verá afectada por tus comentarios. Además, comenzará una lucha por demostrar quién es el mejor y buscarán afectarse para ganar tu aprobación.
De acuerdo con el artículo, Relación entre hermanos: “Recibir un trato menos favorable que el que experimentan los hermanos se asocia con problemas de comportamiento, estado de ánimo depresivo, ansiedad y baja autoestima”
- Haces que los niños pierdan su confianza
Así como el “mejor hijo” ganará confianza, el otro la perderá. Poco a poco, tendrá la idea de que no es suficiente y esto será grave a futuro porque se convertirá en una persona insegura, necesitará la aprobación de otros para desarrollar sus actividades y creerá que lo que hace no está bien.
Recuerda: las palabras que le dices a tus hijos tienen repercusiones a corto y largo plazo. Evita hacer comparaciones porque, aunque crezcan bajo el mismo techo, nunca serán iguales.
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