El nombre de tu bebé es más que una simple etiqueta. Es la primera impresión que le das a tu hijo sobre cómo encaja en el mundo. Es un punto de partida para su identidad.
Hay una gran cantidad de investigaciones que muestran que el nombre de un niño puede tener un impacto significativo en su desarrollo. El nombre de un niño es una de las primeras cosas que aprenden sobre sí mismos.
¿Cómo influye nuestro nombre?
Nuestro nombre puede influir en nuestra autoestima. Un estudio de la Universidad de Texas encontró que los niños con nombres fáciles de pronunciar tenían una autoestima más alta que aquellos con nombres difíciles de pronunciar.
Además afectará sus aspiraciones profesionales. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Melbourne, se encontró que los niños con nombres más comunes tenían más probabilidades de aspirar a ocupaciones profesionales que aquellos con nombres menos comunes.
El nombre de tu bebé puede incluso influir en la forma en que los demás lo perciben. La Universidad de California encontró que los niños con nombres que se percibían como más “masculinos” eran calificados como más competentes que aquellos con nombres “femeninos”.
Entonces, ¿qué puedes hacer para asegurarte de que el nombre de tu hijo funcione para él o ella?
- Elige un nombre que sea fácil de pronunciar. Evita nombres que puedan ser difíciles de pronunciar o deletrear para otros.
- Escoge un nombre que tenga un significado positivo. Deja de lado nombres que puedan tener connotaciones negativas.
- El nombre de tus hijos puede ser único, pero no demasiado único. Un nombre que es demasiado único puede ser difícil de recordar o pronunciar para los demás.
- Elige un nombre con el que te sientas bien. Tu hijo percibirá su actitud positiva hacia su nombre y se convertirá en una parte positiva de su identidad.
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Así que sí, un nombre no es una decisión sencilla, piénsalo bien ya que puede marcar el futuro de tu hijo.