Querida suegra, antes que nada, le agradezco por darme un compañero de vida. Ahora que soy madre comprendo el amor y el compromiso que se siente por un hijo. Mi peque me ha hecho sentir que mi misión como madre siempre será protegerlo, cuidarlo y velar por él.

Sin embargo, como nuera, he aprendido algunas cosas de usted que no me gustaría repetir. Por eso, le contaré cómo educaré a mi hijo:
A mi hijo le enseñaré que está bien que no me visite siempre, le diré que su prioridad es su esposa e hijos. Le inculcaré el respeto por su nueva familia y le haré saber que siempre, sin restricción alguna, estaré para ellos. No solo para él sino para su nueva familia.
A mi hijo, no le llamaré todos los días para saber cómo está, sé que si está mal, él me buscará.
No le exigiré dinero ni cariño porque esas cosas se dan de corazón, sí, sin que las tengas que pedir.
A mi hijo, no le insistiré ni trataré de tenerlo a mi lado porque él tiene derecho a crear sus propias experiencias de vida.
Respetaré su hogar y no le haré visitas sorpresas, no me meteré en sus problemas de pareja ni en sus decisiones.
Trataré con respeto a mi futura nuera y le haré sentir cómoda, ¡no quiero que las visitas se vuelvan un martirio!
No hablaré mal de mi nuera y tampoco buscaré que entre ellos se peleen. Me mantendré al margen y procuraré darles lo mejor de mí.
Desde ahora, comenzaré un plan de vida para que, cuando sea más grande, mi vida no dependa solo de él.
Porque aunque lo amo con todo mi corazón, sé que será un adulto que experimentará y creará una familia como la hice yo.
Muchas gracias por sus enseñanzas.

Podría interesarte: ¿Cómo enseñarle a mi hijo a tener un buen autoestima?