En los últimos años hemos sido testigos de que más especialistas han recomendado dar voz y voto a los niños en la toma de decisiones diarias: qué quieren comer, qué quieren vestir, qué película quieren ver, aprende a hacerlo con el método mosaico.
Las mamás vivimos con prisa y es probable que darle voz y voto a los niños en la práctica no sea del todo posible. Quizá estemos quitándole ciertos beneficios de aprendizaje a nuestros hijos si no escuchamos lo que realmente quieren, hoy te platicaremos sobre el método mosaico.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), sólo uno de cada dos niñas y niños menores de 12 años se sienten escuchados “siempre” en sus casas y escuelas, mientras que los demás consideran que solamente en “algunas ocasiones” o “nunca” sus opiniones son escuchadas y tomadas en cuenta.
Aunque tú y papá siempre estén corriendo, deben darse el tiempo de escuchar a sus hijos con el fin de conocer sus experiencias y ver su protagonismo como “expertos y ciudadanos activos de su realidad”, explica la doctora Heidi Fritz Macías, académica de la Universidad Iberoamericana (UIA).
A través del uso del Método Mosaico, mismo que es utilizado por investigadores educativos, la especialista promueve que los niños sean ‘coinvestigadores’ en los temas que les interesan.
El Método Mosaico consiste en generar conversaciones con los pequeños y utilizar herramientas como fotografías, videos, dibujos, sociogramas, esquemas, mapas y recorridos a los lugares de interés de los propios niños. De esa forma los padres podrán conocer su mundo.
Con el Método Mosaico, tanto papás, cuidadores o familiares cercanos al niño podrán impulsar la comunicación del menor para que él exprese sus emociones y pensamientos.
La intención es que en lugar de tratar de interpretar o adivinar lo que el niño quiere o necesita, directamente lo abordemos para saber qué le interesa, le gusta y quiere.
Aunque no lo parezca, en la actualidad se sigue implementando una convivencia donde los padres mandan y el niño o adolescente obedece. “Aún están basadas en relaciones verticales que utilizan la sumisión y la obediencia como elementos de imposición, donde las personas adultas dicen lo que se tiene que hacer, y niñas, niños y adolescentes tienen que obedecer sin permitir el consenso”, de acuerdo con el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA).
Para la doctora Heidi Fritz Macías, estos son los beneficios más importantes de hacer partícipe y protagonistas a los niños de su propia vida.
SIPINNA comparte los siguientes consejos para que niños y niñas participen de forma activa.
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