Cuando nos convertimos en mamás, tenemos el gran anhelo de tener una lactancia exitosa. Puede que en el camino nos encontremos con algunos retos, unos más dolorosos que otros y que pueden convertir los bellos momentos con nuestro bebé en un verdadero problema. Entre ellos, las grietas en los pezones, llamadas fisuras mamarias.
Las fisuras mamarias son consecuencia de un mal agarre al amamantar, un lavado excesivo con jabón de los pechos o por falta de lubricación con la misma leche materna. Esto puede hacer que muchas mujeres consideren abandonar la lactancia exclusiva.
Quizá te sientas sola o que eres la única que está pasando por esto, pero te sorprendería saber lo común que son estas fisuras. Aquí te van algunos consejos para que todo vuelva a la normalidad y puedas retomar al 100 la lactancia.
Tómalo con calma y piensa en que tu bienestar también es el de tu bebé. Revisa su agarre: introduce bien la areola en su boca para que la lengua trabaje sobre ella y no en el pezón. En esta nota también encontrarás algunos consejos para tener éxito al lactar. Ten paciencia y siempre recuerda que amamantar no tiene porqué ser doloroso, mamá no tiene que sufrir para tener una conexión especial con su bebé.
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