Cuando somos madres, una de las cosas que más queremos es poder llevar una buena relación con nuestros hijos y gritar a los cuatro vientos” Logré ser amiga de mis hijos”
Sabemos que la amistad es algo que se forja con el tiempo y este caso no es la excepción. Pues en realidad, los primeros años de nuestros hijos es mejor fungir como guía más que como una amiga.
Cuando nuestros hijos alcancen cierta madurez, será mucho más sencillo llevar una relación más cercana a una amistad y no perder el respecto o sobrepasar límites.
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Como ventaja podemos destacar que la relación será más cercana con nuestros hijos, además, habrá más confianza y empatía.
Una de las desventajas más notables puede ser que nuestros hijos se aprovechen de la buena relación y rompiendo ese límite de respeto que debe haber entre madres e hijos.
Es importante destacar que nuestros hijos deben tener independencia emocional y social.
Y algo muy importante para lograr una confianza plena con tus hijos es escuchar de manera activa.
Deja el celular a un lado cuando tu hijo (a) te busquen para contarte algo, deja de contestar solo con monosílabos o con respuestas automáticas.
Cuando ellos te cuentes algo, dale tu completa atención, retroalimenta y cuestiona lo que te dice para que se desenvuelvan más.
Cuando tu peque sepa que en ti puede confiar al 100%, podemos pasar al siguiente nivel y lograr ser amiga de mis hijos.
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