Quizá cuando te enteraste que estabas embarazada la pregunta que te daba vueltas es qué hacer con tu mascota. No te preocupes,  quizá te sorprenda lo benéfico que puede ser que tu hijo conviva con tu otro hijo peludo.

Que si sus pelos asfixian al recién nacido o que le roban el aire a los bebés… hay muchos mitos alrededor de las mascotas, pero lejos de ser un problema, tener una mascota con peques puede traer muchas más ventajas de las que crees.

Adiós, mitos

La asfixia y el “robo de aire”  se le atribuían a los animales, ya que no se encontraba una explicación para la muerte repentina del bebé que lo más sencillo era culpar a las pobres mascotas. Hoy sabemos que hay diferentes recomendaciones para evitarla: acostar al bebé boca arriba; no cubrir en exceso al bebé; no fumar, tomar o consumir drogas durante y después del embarazo (para que se desarrolle por completo sus órganos) y evitar peluches y mascotas durante la hora del sueño.

Se dice que las mascotas pueden causar alergias o problemas respiratorios, pero no es del todo cierto. Las enfermedades respiratorias suelen ser genéticas y si el bebé convive con el animal, es más probable que genere anticuerpos en vez de una alergia. De todos modos, consulta con un pediatra si es propenso a estas enfermedades.

La revista Pediatrics dio a conocer los resultados de una investigación realizada en Filadelfia en donde 397 niños recién nacidos fueron observados por sus padres durante su primer año de vida. En este periodo, los padres registraron semanalmente el comportamiento sobre síntomas de tos o resfriado en sus hijos. Los resultados fueron que la exposición temprana a animales puede generar un efecto protector de alergias, este efecto parece estar relacionado con alteraciones en el sistema inmune, que en el primer año de vida del bebé se empieza a desarrollar y comienza a reconocer virus.

“Creemos que la exposición a mascotas madura de alguna manera el sistema inmunológico, por lo que cuando el niño convive con los microbios, podría estar mejor preparado para ellos”, dice el Dr. Eija Bergroth, pediatra del Hospital de la Universidad de Kuopio en Finlandia, quien dirigió el estudio.

¿Las mascotas odian a los bebés?

Se dice que hay “odio” y agresiones por parte del animal porque son salvajes, pero no es así. Tomemos en cuenta que tu mascota lleva más tiempo contigo que el bebé. Tu perrito o gatito era como tu hijo, ¿te imaginas lo que siente al ser reemplazado? Va a ser el hermano mayor de tu bebé y, como tal, suele sentir celos.

Para evitar los celos, no le arrebates cariño a tu mascota, no lo regañes por todo y trátalo como siempre, así no será un problema para tu bebé, ya que tu mascota lo considerará como parte de su familia y no como una amenaza hacia su hogar.

Dale a oler ropa o cosas de tu bebé para que identifique su aroma, solo recuerda que la convivencia siempre debe ser bajo tu supervisión.

Los otros beneficios de las mascotas

  • Contribuyen al desarrollo social y psicológico de los peques. Está comprobado que hacen sentir a los bebés más seguros, confiados y aumentan su autoestima. Ayudan a desarrollar y fortalecer las relaciones sociales, la curiosidad e imaginación.
  • Benefician a la salud emocional, ya que fomentan la empatía y cooperación. “Los animales se vuelven figuras de confort, apoyo y compañerismo, trayendo influencias positivas en la autoestima y posibilitando al niño aprender cómo cuidar del otro”, afirma la psicóloga Alice Frank.
  • Reducen el estrés y la ansiedad infantil. Aunque sea un bebé, experimentan estrés y está comprobado que acariciar a una mascota reduce estos niveles pues al pasar la mano por el cuerpo del animal, el organismo libera oxitocina, una hormona relacionada al vínculo emocional, que genera una sensación de calma y bienestar.

Ojo con esto…

Esto no quiere decir que no existan riesgos y que todo sea maravilloso. Puedes mantener a tu mascota contigo y que él también sea parte del desarrollo de tu bebé, solo sigue estas recomendaciones:

– Mientras tu bebé duerme, la mascota no debe estar a su lado, así que solo sácalo de la habitación. Al menos en los primeros meses. Cualquier duda, consulta a tu pediatra, él conoce mejor las condiciones de tu recién nacido.

– Que la convivencia bebé-mascota tenga como máximo seis horas al día.

– Evita el contacto de la lengua de tu mascota con el bebé, esto porque aunque le quiera demostrar su amor, la lengua ha pasado por genitales y heces, así que evita las infecciones y bacterias.

– Lleva a tu pequeño al pediatra para que te rectifiquen si es o no propenso a desarrollar asma o alergias, esto es genético. Si está predispuesto es recomendable que no haya perros ni gatos en tu hogar. Sin embargo, esto no es excusa para abandonarlo en la calle. Mantenlo en un lugar separado o búscale un hogar.

– Hay que tener mucha higiene en casa. Barrer y trapear todos los días para que no existan pelos y bacterias en el ambiente.

Dinos qué opinas al respecto. ¿Le buscarás un nuevo hogar a tu mascota o fomentarás que convivieran?