portando_mal_niños_aserrín_aserrán

El COVID-19 y todo lo que trajo han cambiado completamente la vida de todos. La necesidad de permanecer en casa debido a la pandemia puede que haya traído actitudes en los niños que antes no tenían.

Quizá no te has dado cuenta, pero el Covid-19 ha traído otro tipo de síntomas en los niños, es decir, después de largos meses de cuarentena, los más pequeños de la casa padecen trastornos del sueño, berrinches, llanto constante, ausencia, entre otros.

Por ello, queremos explicarte y darte algunos sencillos consejos para que no pierdas la cordura cuando tu hijo atraviesa por alguno de estos sucesos. 

Toma en cuenta que tu hijo recién está comenzando a comprender sus emociones y sentimientos; si bien iba por buen camino, el confinamiento y la pandemia han ocasionado que todo lo aprendido anteriormente se haya olvidado. 

Trastorno del sueño

Bajo estrés, tu hijo puede actuar como si hubiera retrocedido algunos pasos en su desarrollo, uno de ellos podría ser la manera en cómo duerme, es decir, si ya tenían bien establecido una rutina para la hora de ir a la cama, puede que a estas alturas haya sufrido trastornos del sueño. 

De acuerdo con la psicóloga clínica, Lindsey Giller, del Mood Disorders Center en el Child Mind Institute, explica que “los niños están luchando con cosas que antes dominaban”, por ello, no te sorprendas que debido a la pandemia tu hijo vuelva a hacerse pipí en la cama, haga más berrinches, se muestre desafiante o llore constantemente.      

¿Qué hacer?

Mantén una rutina constante. Envía a tu hijo a dormir siempre a la misma hora, aunque parezca una misión imposible. Pídele que siga un horario para otras actividades nocturnas, por ejemplo, ponerse la pijama o lavarse los dientes, aconseja Children’s Wisconsin. Si tu hijo aún no sabe leer, puedes dibujar o usar imágenes para establecer la rutina a realizar: beber leche, lavarse los dientes, leer un libro, acurrucarse con su peluche favorito.

Se hace pipí en la cama 

Si tu hijo nuevamente ha vuelto a hacerse pipí en la cama, ten mucha paciencia y no lo regañes.

¿Qué hacer?

Sigue ayudándole como de costumbre. Puedes usar una alarma para despertarlo en medio de la noche para ir al baño. No olvides darle un premio y reconocer el avance de tu hijo cuando pase la noche sin hacer pipí en la cama. Incluso si vuelve a tener un accidente, no le tomes demasiada importancia para que no se estrese. 

Berrinches

Después de varios días en aislamiento, cualquier cambio en su rutina puede alterarlo mucho más. “En este momento, aumenta la ansiedad inicial de todos”, dice la psicóloga Giller.

La capacidad de los niños para hacer frente a pequeños cambios en su rutina puede desaparecer con ansiedad adicional, y cualquier pequeño percance puede desencadenar un arrebato. Este mal comportamiento no es intencional. Es una respuesta natural para los niños mostrarte que están luchando.

¿Qué hacer? 

Lo que debes hacer cuando tu hijo tiene un ataque de berrinches es ignorar la rabieta. Sí, así como leíste. 

Es posible que tu hijo necesite consuelo si está triste o preocupado, pero generalmente la mejor acción es ignorarlo pues una vez que comienza no hay mucho que puedas hacer para detenerlo. 

Después de que pase el berrinche, ahora sí intenta acercarte y hablar sobre sus emociones. Incluso asegúrate de que tu hijo cumpla con la tarea que provocó la rabieta: terminar de comer, cambiarse o continúe la tarea. A medida que se recupere, abrazalo y besalo.

Es muy importante mantener una rutina de labores bien establecida para reducir los berrinches de tu hijo. Escribe un horario (con imágenes, de ser necesario) para ayudar a tu hijo a darle seguimiento al plan del día. No olvides avisarle unos minutos antes sobre la actividad o tarea que va a realizar en unos momentos, así disminuye el riesgo de un arrebato.

Gritos y desafíos

Lo que parece un comportamiento desafiante en realidad puede ser el intento de tu hijo de escapar de una situación porque le genera estrés. La ansiedad provoca una respuesta de lucha o huida, y los niños que eligen “luchar” pueden parecer opositores y agresivos. Sin embargo, los gritos, los golpes y otros problemas de ira pueden ser la forma en que un niño responde al sentirse abrumado o al no poder controlar sus emociones, de acuerdo con el Child Mind Institute

¿Qué hacer?

Mantén una rutina y habla con él sobre sus sentimientos con el fin de calmar su mala conducta. Además, ten una actitud positiva. Por ejemplo, si le permites pasar más tiempo viendo televisión, compárteselo y haz que note ese “premio”. También te aconsejamos practicar ejercicios de meditación y respiración para desarrollar su atención plena. 

Esperamos que estos consejos te ayuden a tener días más tranquilos en casa junto a tu hijo. Recuerda ser muy paciente y darte unos momentos al día sólo para ti.