Llegó el bebé y todo es mágico, esos momentos en los que van haciendo una cosa nueva tras otra, que empieza a comer, a jugar, a caminar y más. Todo es perfecto, hasta que llegamos a los dos años.
No, no estamos diciendo que los dos años sean algo malo, tu niño sigue siendo mágico, haciendo cosas nuevas y aprendiendo cada día, sin embargo, por alguna razón, empieza a enojarse por cosas que antes no hacía, a llorar, a ponerse “rebelde”. Pues, bienvenida a la primera adolescencia de tu bebé: los dos años.
Los terribles dos
Los terribles dos no es algo que las mamás hayamos inventado. De hecho, diferentes estudios demuestran que esta etapa comienza a los dos años y se puede extender hasta los 4.
Es muy fácil entender el porqué: los niños a los dos años se comienzan a dar cuenta que son seres “independientes”. Comienzan a querer rebasar los límites que los adultos llegamos a ponerles.
Es normal que, en esta etapa, los niños comiencen a tener rabietas más seguido. Que busquen hacer cosas que antes había aprendido a no hacer, y aunque sabemos que es algo frustrante, debemos comenzar a manejar las emociones con nuestros hijos.
Es importante dejar que descubran y darles un poco de esa libertad que están buscando sin que lleguen a lastimarse.
Algunas de las cosas que puedes hacer para hacer esta etapa más sencilla son:
- Reglas. Así como comienzan a entender sus libertades, es importante que pongamos normas que puedan comenzar a analizar para llevar esta transición.
- Dedícale tiempo. Este es un punto importante en toda la niñez de tus hijos, pero cuando comiencen con los terribles dos, tendrán una necesidad de sentirse más cercanos contigo. Es importante que hables y juegues con ellos.
- Sin gritos ni reproches. Sabemos que puede ser una época frustrante, pero los gritos y reproches solo van a hacer esta etapa más complicada.