Ponte a contar todas las veces que alguien te hizo daño, te falló o lastimó de alguna manera. Fueron momentos duros ¿cierto? ¿Y cómo te sentiste cuando ellos te pidieron disculpas?
Bueno, siendo realistas, puede que cuando alguien te haya lastimado no siempre te hayan pedido disculpas, ahora piensa ¿qué te hizo sentir mejor? Pues todos esos sentimientos también los llegan a tener nuestros hijos.
Todos nos equivocamos
Se tiene la idea de que las mamás, la gran mayoría de las veces tenemos la razón, pero la realidad está muy alejada de eso. Las mamás y papás, como cualquier otro ser humano, nos equivocamos y así, incluso cometemos errores con nuestros hijos. Podemos llegar a regañarlos por algo que no hicieron y pensamos que sí habían hecho.
Así como tu te sentiste cuando te pidieron disculpas por haberte lastimado o cometido un error contigo, así se siente tus hijos y es importante explicarles detalladamente que cometimos un error y que es necesario pedir disculpas, por más difícil que algunas veces esto llegué a ser.
La enseñanza de pedir disculpas
Una de las ventajas de pedir disculpas es que le estás enseñando muchas cosas a tus hijos. Cómo son:
- Todos nos equivocamos. Puede ser un error grande o uno pequeño, pero enseñarle a los hijos que incluso los papás se pueden equivocar le dará más seguridad de lo que te imaginas.
- Es normal sentir pena de pedir disculpas. No es fácil para nadie, así que es normal que te sientas avergonzado.
- Es una recompensa. Por más difícil que sea verlo de esta manera, pedir disculpas también es una recompensa ya que nos hace sentir mejor y nos da una sensación de alivio.
No tiene nada de malo equivocarse, así como no tiene nada de malo pedir disculpas y es una enseñanza que nuestros hijos necesitan desde muy pequeños.