Sabemos que así como se acerca la fecha de tu parto los nervios van creciendo, pero si te dicen que tendrá que ser cesárea los nervios son aún mayores. No te preocupes, este proceso no saldrá bien.
El día más importante de tu vida está próximo a llegar y es normal que te sientas nerviosa. Pero tranquila, la cesárea a pesar de ser una intervención quirúrgica en la mayoría de los casos, resulta sin ninguna complicación.
La cesárea, aunque sea difícil de creer, presenta algunas ventajas sobre el parto natural o vaginal como; lograr un nacimiento en menor tiempo, menor sufrimiento del bebé al nacer, así como un parto sin dolor para la madre. Sin embargo, debes saber que las desventajas son mayores, así que si tienes la oportunidad de tener un parto vaginal sin duda es la mejor opción. En caso de no ser posible ya sea por indicaciones maternas o indicaciones fetales te contamos un poco más sobre este procedimiento.
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Cortes en la cesárea
Existen principalmente tres cortes distintos que podrían realizar al momento del nacimiento de tu bebé:
Cesárea horizontal: ofrece muchas ventajas como; menor riesgo de hemorragia, se dañan menos fibras musculares y la cicatriz es menos visible, ya que queda en la parte inferior que fácilmente se cubre con la ropa interior.
Cesárea vertical: Este corte fragmenta más fibras musculares que podrían provocan una hemorragia mayor, suele realizarse en casos de placenta previa. La cicatriz que deja es mucho más vistosa y notoria.
Cesárea en forma de T: Se realiza un corte en forma de “T” invertida, sin embargo, solo se realiza en casos muy específicos como miomatosis severa, histerectomía programada, entre otros.
Los motivos para realizar una cesárea pueden ser principalmente cuando el parto vaginal representa un riesgo considerable para la mamá, el bebé o ambos. Por otra parte, está la cesárea programada que se define cuando el bebé está suficientemente desarrollado y es seguro extraerlo del vientre de la madre para no afectar su salud.
El procedimiento requiere anestesia local para evitar el dolor, normalmente se aplica la epidural, que permite que la madre permanece despierta y consciente y también evita que el bebé tenga algún efecto de sedación.
La recuperación obviamente es más compleja, porque se necesitan más cuidados para la madre y por supuesto, para el nuevo bebé.
Ten en cuenta que se necesitarán analgésicos para aliviar el dolor durante los primeros días, caminar para recuperarte de manera más rápida, lavado diario de la herida con agua y jabón, mantener la cicatriz hidratada y usar alguna faja post parto durante al menos un mes para ayudarte a cerrar los tejidos por completo.
¿Estás lista para la llegada de tu peque?