Hace poco leí que los niños japoneses no hacen berrinche y suelen ser más obedientes, por lo que decidí investigar un poco más sobre ello. 

La sociedad japonesa es admirada por su estoicismo, capacidad de trabajo, control y sentido colectivo. Pero los adultos no son los únicos que se comportan así, los niños también, ¿a qué se debe esto?

La razón, sin duda, es la manera en que se educa a los pequeños y la forma en que los padres japoneses hacen que sus hijos conecten y perciban su entorno y familia, por esta misma razón es que los niños japoneses no hacen berrinche, así que sin duda los padres mexicanos pueden aprender mucho de los japoneses.

Vínculo especial entre adultos y niños

En la sociedad japonesa se inculca un respeto especial por los ancianos y adultos mayores ya que son personas llenas de sabiduría y merecen consideración. 

Por otro lado, para los abuelos, los niños o jóvenes representan seres en formación y aprendizaje, suelen ser tolerantes y empáticos con ellos.

Los mayores son una guía, alguien que los orienta, no jueces o críticos de sus acciones. Gracias a esto, logran consolidar una relación de respeto, aprendizaje y sobre todo armonía.

Tanto para los mexicanos como los japoneses, la familia representa algo de gran valor, sin embargo para los asiáticos es inconcebible que los abuelos estén a cargo de un niño solo porque los padres no tienen tiempo, ya que comprenden que cada persona tiene un rol que desempeñar, algo que los padres mexicanos le pueden aprender a los japoneses de manera urgente.

Sensibilidad en la crianza

En esta cultura son mal vistos los gritos o las fuertes recriminaciones, pues apuestan por una crianza más afectiva, es decir, esperan que sus hijos aprendan a relacionarse con el mundo respetando la sensibilidad del otro. 

Palabras como “le hiciste daño” o “te hiciste daño” son usadas por los padres para hacerle entender a sus hijos las consecuencias de sus actos. 

Incluso en lugar de decir “lo rompiste” utilizan “lo lastimaste”, para que entiendan el valor por encima del funcionamiento de las cosas. 

También es normal que si un niño hace algo mal, los padres reprueban su actitud con una mirada o gesto de desagrado pero nunca gritándoles. 

Tiempo de calidad 

Los japoneses no conciben la crianza como algo distante, por el contrario, les brindan tiempo de calidad a sus hijos ya que es muy importante generar vínculos estrechos con ellos. 

Las madres optan por llevar consigo a todos lados a sus bebés, una práctica que hacían las generaciones más antiguas. Con este acercamiento físico, se espera lograr una unión entre almas.  

Acercamiento familiar 

Los padres y abuelos, así como las madres, aprovechan siempre para platicar con sus hijos sobre su entorno y experiencias. 

Es muy común que la familia se reúna para contar historias después de la comida. Son estas charlas las que generan en los niños y jóvenes un sentido de pertenencia e identidad, así como la creación del valor por la palabra y la compañía.

Difícilmente un niño japonés hará un berrinche ya que en su entorno no tiene sobresaltos, no se siente abandonado afectivamente y comprende que el mundo tiene un orden y que cada quien tiene su lugar, eso mismo les brinda serenidad.

Los niños japoneses no hacen berrinche, ese es el sueño de cualquier papá o mamá, sin embargo para que un niño no tenga rabietas se necesita de tiempo de calidad, conexión verdadera, guía, orientación y escucha activa. 

Si eres papá o mamá y estás abierto a conocer y poner en práctica nuevas formas de crianza, aprende más sobre esta peculiar cultura asiática. 

Con información de La mente es maravillosa