Si eres de las que se desvive por traerle todos los regalos que te piden tus hijos en Navidad, ¡aguas! Podría no ser tan recomendable. Descubre cómo poner límites.

Vas por tus peques al colegio y los ves salir radiantes de alegría con un papel en la mano…“¡Mira, mamá, hice una cartita para Santa Claus!” Te la entrega y te quieres desmayar; eso no es una carta, más bien parece el inventario de una juguetería.

Antes de que la Sra. Claus pase la tarjeta de crédito y se endeude hasta la Navidad del siguiente año pregúntate, ¿realmente tiene sentido que tu hijo reciba todo lo que pide? Si durante el año te la has pasado educándolo para que aprenda a respetar límites ¿por qué en Navidad se habría de tirar todo el esfuerzo a la basura?

Primero, aprende a ser objetiva tú

Los niños quieren todo lo que ven y muchas veces piden por imitación, pero nadie conoce a tu hijo mejor que tú. Piensa, ¿qué le puede traer Santa que le aporte en el desarrollo de sus habilidades cognitivas, sociales y motrices? Y también, ¿qué juguetes no van a terminar en un rincón llenos de polvo?

Enséñalo a escoger lo que verdaderamente le gusta y quiere

Un día lleva a tu peque a varias jugueterías y déjalo que las recorra libremente. Ten en cuenta que seguramente va a salir corriendo a ver el juguete de moda y después, se enfocará en lo que realmente le gusta. Debes ser muy observadora para identificar la diferencia.

Regresando a casa siéntate con él y escriban juntos la carta. Pídele que de todo lo que vio escoja sus diez favoritos, así irá comprendiendo que incluso con Santa hay límites. En este punto es donde tienes que sacar a relucir todo tu poder de persuasión e influir en tu peque para ir descartando lo que de entrada sabes que no va a recibir.

Hazlo consciente de que no puede tener todo

Aclárale que en su lista tiene que poner 10 regalos para que Santa Claus tenga opciones, no porque se los vaya a traer todos. Explícale que tiene que visitar a muchos niños en una noche y aún con magia no puede cargar tantos juguetes en el trineo porque pesaría demasiado para los renos.

Ahora sí, te toca rifarte

Una vez lista la carta, es tu turno de ayudar a Santa y entrar en acción. Prepara un presupuesto y no te sientas mal si lo que quiere tu peque no entra en él, si es algo que realmente crees que va a disfrutar, ahorra y cómpraselo en su cumpleaños. Ojo, no entres en competencia con otros papás. Recuerda que esta es una excelente oportunidad para enseñarle valores a tu peque y no para que cada taller de Santa se luzca con amigos y familiares.

¿Qué tanto es tantito?

Sí, es muy bonito ver un árbol de Navidad repleto de envolturas pero ¿a qué le va a prestar más atención tu hijo? Si tiene muchas opciones, en su afán por abarcar todo, no va a poder disfrutar y jugar plenamente con nada. El exceso de regalos le resta valor al momento, así que lo ideal es entre tres y cuatro.

Ten en mente que cuando Santa Claus no le trae a un niño todo lo que quiere, está ayudando a los papás a desarrollar en él tolerancia a la frustración. Así que en lugar de estresarte por lo que tu peque no recibió enséñalo a disfrutar con él de la Navidad y  con lo que sí le trajeron.

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