Si acostumbras salir a correr con regularidad cada semana sabes perfectamente que es un hábito increíble. Y si estás embarazada, te aseguro que te preocupa dejar tu rutina en el parque.

La buena noticia es que puedes salir a correr durante el embarazo de manera moderada. 

De cualquier modo, como todo en el embarazo, debe hacerse con cierto cuidados que debes considerar.

Lo que hay que saber antes de salir a correr

– Primero debes consultar con tu ginecólogo y con tu cardiólogo cuál es el estado de tu embarazo y si estas en condiciones de hacer este tipo de ejercicio. Debes hacerte exámenes de sangre y del corazón, además de un ultrasonido para cerciorarte de que todo está en orden. No está de más realizarte un estudio para medir el volumen de oxígeno que tus pulmones pueden captar.- Lo más seguro es que debas acondicionar tu entrenamiento para hacer menos esfuerzo. Puedes pensar en reducir la intensidad y seguramente el número de sesiones a la semana. También es importante estar atenta a todas las reacciones de tu cuerpo para saber en qué momento detener la rutina.- De preferencia incluye a otras personas en tu rutina para que siempre vayas acompañada. Recuerda, tus amigas a o tu pareja deben ir a tu ritmo y no al revés. – Si bien es cierto que hay algunas mamás que siguen corriendo aún en el último trimestre, lo mejor es cambiar de deporte cuando sientas dolor en las caderas o en las rodillas, o cuando tengas la sensación de que el impacto podría afectarle a tu bebé. Caminar o hacer yoga son mejores opciones.- Es preferible correr sobre una superficie dura, como el asfalto o la arcilla, que sobre una suave. Esto para evitar lesiones en las articulaciones y los tendones. Hay que tener cien veces más cuidad para no tropezar, por lo tanto, escoge minuciosamente tu ruta.- Otro punto importante que debes tomar en cuenta es la alimentación y estar bien hidratada. Lo recomendable es consultar a un especialista que diseñe una dieta especial para tus características físicas y de tu embarazo.- Por otro lado, si antes correr no era parte de tu vida, durante el embarazo no es el mejor momento para introducir el correr en tu día a día. 

 Primer trimestre

Según la revista Runner’s World “el primer trimestre es el más frágil, pues existe el riesgo de que la placenta de despegue del útero”. Por lo tanto hay que bajar el impacto, es decir la intensidad acostumbrada, reducir el número de entrenamientos a la semana y comprimir la frecuencia de zancada.

Segundo trimestre

La misma publicación especializada contempla que es la fase más adecuada ya que “es posible mantener el entrenamiento con pequeñas adaptaciones, siempre poniendo atención a las sensaciones dentro del cuerpo, con la idea siempre presente de parar si algo no está bien”.

Es en este trimestre cuando “en caso de que no existan patologías en la madre o el bebé, como dolores o poco crecimiento del niño, se puede aumentar el 10% de volumen al entrenamiento”, pero sin subir la intensidad.

Tercer trimestre

Es aquí cuando las características físicas cambian considerablemente y dificultan casi cualquier actividad. Tu cuerpo te dirá que hay que bajar la intensidad del entrenamiento, incluso tendrás ganas de solo salir a caminar. Si comienzas a perder las ganas de activarte, es natural, después tendrás tiempo de romper las marcas que quieras.

Muy importante, “De acuerdo al American College of Obstetricians and Gynecologist, las mujeres que no pueden hacer ejercicio son aquellas con problemas cardiacos, pulmonares, cuello del útero abierto, embarazo múltiple, riesgo de parto prematuro, sangrado, predisposición a un embarazo de menos de 9 meses, ruptura de membranas y embarazo con presión alta”.

*Con información de Runner's World.