niños haciendo tarea

No toda la educación se les da en la escuela, también se les da en casa. Por eso, juntamos estos consejos para que que la hora de la tarea sea más sencilla.

El kínder es uno de los primeros contactos de nuestros hijos con las tareas, es decir, con cumplir con sus deberes personales. Aunque hay algunas excepciones, la verdad es que no nacen con el chip del deber, pero nosotras podemos guiarlos para que sea más fácil y lo conviertan en un hábito. Ahora sí, ¡manos a la obra!

Establece un lugar adecuado para hacer la tarea

Encuentra un lugar tranquilo y bien iluminado dentro de la casa para convertirlo en el rincón de la tarea. Es muy recomendable que no haya distracciones ni televisión. Sin embargo, si no hay de otra, también es importante que aprenda a concentrarse a pesar de las distracciones.

Antes de empezar, ten todo lo que necesitas a la mano

Una gran manera de ayudarle a tu peque con su tarea es tenerle todo listo con anticipación. Papeles, lápices, colores, tijeras… todo lo que vaya a requerir para que no se distraiga en ir a buscarlo. Te recomendamos estar enterada de los materiales especiales que piden las maestras para conseguirlos antes de la hora de la tarea.

Acuerden una hora para hacer la tarea

Lo más recomendable es definir una hora del día. Entre más temprano, mejor. No es bueno hacer la tarea con ellos cuando tienen sueño, así que si tienes que trabajar y vuelves hasta en la noche, asegúrate de que tenga el ritual con la persona que lo cuida (o busca un club de tareas en su escuela). Al llegar a casa pregúntale cómo le fue con la tarea, para que sepa que estás al tanto.

Haz que sepa que te importa

En la medida en que él vea la importancia que tú le das a sus deberes, él se los dará. Por otro lado, no tiene que ser una obligación o un pendiente latoso, velo como algo emocionante. Transmítele la alegría de que llegue la hora de la tarea, de sacar los cuadernos, pintar, colorear y dibujar. Sabemos que sí puede ser una carga difícil durante el día, sobre todo si hay que ir al dentista o a visitar a la abuela, pero no se lo transfieras a tu hijo.

NO le hagas su tarea

Hay una línea muy delgada entre estar al tanto de su tarea y hacérsela. No la cruces. Cuando tu peque te pregunte cosas, confía en su capacidad de entendimiento y explícale en lugar de solucionárselo. Hazle preguntas que lo hagan llegar a la respuesta correcta. De lo contrario tu peque podría relacionar la presión conque alguien siempre lo sacará del apuro.

Tú también ponte a hacer tu tarea 

Siempre tenemos pendientes en casa y puedes coordinarlos con su hora de tarea. Mientras estás al tanto de la tarea de tu peque y sus dudas, platica con él mientras tú también haces tu tarea. Lee el libro que te recomendaron, rellena los reportes que te trajiste de la oficina o haz la contabilidad de la casa. Trata de transmitirle la importancia que tiene en el futuro cumplir con la tarea.

Dale su lugar a los maestros

La comunicación entre los docentes y tú es fundamental. Ponle atención para conocer a la perfección los objetivos de cada tarea o al menos de cada unidad. Si tú piensas que no hace muy bien su trabajo que digamos, no se lo digas a tu hijo. Mejor espera a fin de año y busca un cambio, pero es importante que no le pierda el respeto a alguien que funge como su guía.

Empiecen por lo más complicado

Lo recomendable es siempre comenzar por las tareas difíciles, tu peque tendrá más energía y hará los demás deberes con la satisfacción del trabajo duro. Enséñale esta costumbre desde ahora, todos los días pregúntale de qué se trata su tarea, pregúntale que necesita para lograrlo y que él mismo planee.

Tengan un break/descanso

Si ves que tiene problemas para concentrarse busca la manera de que se relaje. Platica con él un ratito o salgan al patio a tomar una limonada. Es importante que no relacione la tarea con la frustración. Si vez que necesita ayuda especializada, no le digas que es porque no puede, sino porque es capaz de sacar dieces, por eso necesita alguien que lo ayude.

Equivócate

Equivócate en tus tareas del día, que vea que tú también tienes errores, pero que en vez de hacer berrinche buscas la manera de resolverlo. Que vea que no tiene que ser perfecto sino capaz de superar las fallas.

Negocia con él

Hablar de motivaciones es mejor que castigarlos. Tampoco se trata de que relacione cada tarea con un premio porque entonces lo estarías condicionando a que los deberes se cumplen por una recompensa inmediata. Explícale porque es importante la tarea, porque es importante que aprenda lo que le enseñan. Cuando utilice lo que sabe en una situación del día a día, apláudele y prémialo, que vea que sirve el trabajo duro, no sólo por recompensas sino para crecer como persona.

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