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Si eres madre primeriza, es normal que le tengas miedo al parto por toda la construcción social que hay alrededor de este acontecimiento.

Si has visto varias películas o series que muestran este acontecimiento, te recomendamos olvidar lo que has visto porque quizá esto es lo que ha hecho que tu miedo al parto aumente. Si tu parto está próximo, recuerda que miles de millones de mujeres han dado a luz antes que tú por lo que es lo más natural del mundo.

Para calmar un poco los nervios previos al parto, es bueno que te prepares. No basta con elegir la ruta más rápida al hospital o empacar tu maleta con los esenciales, también es de suma importancia que converses con tu pareja sobre tus miedos y expectativas, que dediques un tiempo a conocer tu propio cuerpo y que aprendas a relajarte y fluir. 

Miedo al dolor

Uno de los temores más grandes cuando pensamos en el momento del parto es el de no soportar el dolor. Nos han repetido incontables veces que parir duele. Y no es que sea mentira, sino que el dolor es subjetivo. Cada persona tiene un umbral del dolor distinto y nuestros cuerpos son bastante resistentes.

Para esto, existen técnicas que puedes aprender en las clases prenatales que te servirán bastante para controlar y manejar el dolor. El yoga para embarazadas es una buena alternativa para aprender a calmar la mente y los ejercicios de respiración pueden ayudarte a relajar el cuerpo en momentos de tensión.  

Otra opción es acceder a la anestesia epidural, la cual es colocada cuando el útero ha dilatado entre 2 y 3 centímetros. Si la dilatación es mayor, imposibilita la colocación de la epidural, ya que esta tarda entre 15 y 20 minutos en hacer efecto. Con un correcto monitoreo de tu obstetra, no tendrás ningún problema en colocártela o elegir no hacerlo. 

Miedo a los imprevistos

Es completamente normal que te hayas hecho una idea clara de cómo quieres que todo ocurra en el momento del parto, si quieres que sea natural o cesárea, en un hospital o en tu casa, en una cama o en agua. Está bien tener expectativas sobre cómo será uno de los momentos más importantes de tu vida, pero es necesario tener un plan b, en caso las cosas no salgan como lo previsto.

Mantén abierta la posibilidad de que tus planes para el momento del parto cambien de repente y no te frustres si es así. Recuerda que lo más importante de todo es que tu bebé llegue a este mundo sano y salvo, por eso, procura no abrumarte con las expectativas y fluye con el proceso.

El nacimiento de un bebé es una de las cosas más maravillosas que nos puede tocar vivir, así que relájate, respira y verás que valdrá la pena el esfuerzo.