Ver la carita de tus peques cuando se levantan y descubren que Santa Claus llegó no tiene precio, pero por mucho que nos duela (y a ellos también) esa etapa debe terminar. Estos consejos te ayudarán.

Una característica de los niños es la magia que vive en su interior. Su inocencia les permite creer en hadas, brujas, ratones de los dientes y, por supuesto, en Santa Claus y los Reyes Magos.  Pero los niños crecen, su madurez se incrementa y poco a poco van descubriendo que toda esa fantasía no es real. En algún momento deben saber la verdad sobre Santa Claus y otros personajes de fantasía. Quisiéramos que nuestros pequeñitos siempre conservaran esa faceta tan tierna, pero tenemos que dejarlos crecer y ayudarlos a conservar un aire de ilusión.

Cuando otro revela el secreto

Nunca falta el primo mayor, el compañerito de clase o la maestra que considera que ya es momento de que tu hijo sepa quién es Santa Claus. Aunque no lo creas, hay niños que aún escuchando la confesión siguen creyendo en él fervientemente.

Un día saliendo del colegio mi hijo me dijo: “La maestra dice que Santa y los Reyes no existen, pero yo no le creo”. Decidí que si su fe era tan grande, yo no tenía por qué romperle la ilusión. Le expliqué que todos los personajes de fantasía existen cuando uno cree en ellos y que como su maestra no creía, en su realidad no existían para ella.

Identifica qué posición tiene tu peque. Si decide seguir creyendo, todavía no ha llegado “su” momento. Si por el contrario, se llena de dudas, habla con él y para que no le eches a perder la temporada explícale con todo el amor del mundo que la Navidad es mucho más que Santa y los Reyes.

La realidad llega sola

Hay muchas personas que, como yo, se dan cuenta solitas de lo que pasa. Comenzamos a sospechar de la existencia del gordito bonachón del Polo Norte y ponemos a prueba nuestra hipótesis. ¿C´ómo? Hay muchas formas, por ejemplo, pedir algo súper complicado de conseguir porque total, Santa lo podía fabricar ¿no? Y cuando no lo recibimos, caemos en cuenta de que teníamos razón y es ahí cuando a los papás no les queda de otra más que explicarnos.

Cómo afrontar esa plática de Santa Claus

Puede parecer algo muy difícil de afrontar pero puedes estar tranquila. A la mayoría de los niños no les afecta descubrir la verdad y cualquier tristeza durará poco tiempo.

Lo mejor es ser lo más claro posible, aunque no por eso hacerlo de sopetón. Puedes usar frases como: “Santa como tal no existe. Nadie viaja por el mundo repartiendo regalos en un trineo, pero de cierta forma es su espíritu quien ayuda a los papás a poder realizar los milagros navideños”. Así no rompes por completo la ilusión. Incluso si tu hijo es el más grande puedes animarlo a que se convierta en un “duende” que ayuda a Santa y mantiene la ilusión en sus hermanos.

Créenos que al final, él siempre recordará todo el amor y dedicación que le pusiste año con año a mantener su ilusión. 

En este artículo encontrarás otras formas de hacerlo.

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